Barbie Velez en un hotel de Miami
(Estos hechos son ficticios, inspirados por el viaje de Nazarena y Barbie a Miami)
Estando en EEUU, Barbie decidió probar como eran los escorts locales, porque con cualquier persona con la que saliera la prensa iba a decir que tenía un romance.
Desde la habitación llamó al número que le había dado una amiga de su mamá. Lo atendió una voz masculina muy grave, muy amable con acento puertorriqueño le preguntó que cosas le gustaban. La argentina al principio estaba un poco nerviosa, pero de a poco confesó que le gustaría sexo anal, pero con alguien que fuera muy delicado. Arreglaron en que horario iría al hotel, y que no tendría que pagar, que lo cargaba a la cuenta de Nazarena que era una cliente frecuente.
Ansiosa por lo que se venía, la morocha se dió una ducha y puso una lencería erótica y una bata de seda. Muy puntualmente golpearon la puerta de la habitación, y al abrir quedó impactada por el cuerpo moreno del hombre del otro lado. Era la voz en el teléfono, que le dijo que quería atender muy bien a uno de sus mejores clientes, así que decidió hacerlo él.
Barbie lo invitó a pasar, caminó hasta la ventana, se sacó la bata y apuntando la cola al escort, y mirando de reojo como el hombre se relamía. “muy linda, ahora me toca a mi sacarme la ropa” y el morocho agilmente se sacó todo, dejando a su clienta con la boca abierta.
Ella se subió a la cama, gateó hasta la imponente figura, sin sacar los ojos del instrumento, que tomó con las manos, comprobó que era tan grueso como su brazo. Intentó chuparla, pero apenas si le entraba en la boca. El escort sonrió, buscó en el pantalón que se había sacado un pequeño frasco con lubricante. Barbi se puso en posición de perrito mientras recibía caricias en la cola que llenaban la zona de la aceitosa sustancia. Muy suavemente fue metiéndosela mientras ella se masturbaba y gemía a más no poder. No podía evitarlo, ya no importaba si se enteraban los vecino o los paparazzis en el hall del hotel, estaba gozando como nunca.
Ya bien dilatada, recibió con ganas la verga puertorriqueña, que la penetró con fuerza, pero sin lastimarla, haciéndole tener tantos orgasmos que perdió la cuenta. Cabalgó a su acompañante hasta meterse esa verga completa, algo que hubiera pensado imposible. Solo cuando Barbie se quedó sin fuerzas le dijo “ahora te toca acabar a vos”, se bajó de la cama y se arrodilló frente al semental, dispuesta a tomarse la acabada de su amante. Pero disparó con tanta fuerza que no podía tragar todo, y se chorreaba por todo su cuerpo.
…
Barbara despidió al escort, y se fue a dar una ducha, aunque casi no podía caminar ya estaba pensando cuando iba a tener la próxima oportunidad para viajar a Miami.
por Fake Famosas
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