Relato erótico. Contiene: incesto lésbico, anal y dominación leve
Las hermanas Iliana y Marina Calabró se decidieron a ayudarse mutuamente como cuanto aprendieron a besar usando a la hermana para que la califique. La pelirroja se la pasaba caliente todo el día desde que se separó, y se masturbaba en cada oportunidad que tenía. Por otro lado su hermana no lograba tener un buen orgasmo.
- Nena, tenés que probar cosas nuevas, relajarte y disfrutar, como hacíamos cuando eramos chicas.
- Tenés razón, ¿pero de que cosas nuevas hablás? No voy a tener sexo con un gato como hiciste vos!
- ¿Te referís a Jesica? Tenés razón Eso no no es tu estilo, necesitás alguien que te trate mal.
Y diciendo esto la agarró del pelo, la llevó haciendola caminar en cuatro patas. Sin soltarla se sacó la pollera, se sentó acercó la cara a su concha “mirá como me pusiste de caliente, ahora me vas a hacer acabar”.
Marina no podía creer lo que le estaba pasando: le estaba comiendo la vagina a su hermana, y le encantaba! La rubia devoraba con ganas esa jugosa almeja. Y que fuera tan parecida en forma y gusto no hacía más que calentarla más. Pero Iliana tenía otra sorpresa. “comeme el culo también, putita” dijo, y aunque dudó un momento lo hizo. Era extraño, pero tan perverso que no pudo dejar de obedecerla.
Nunca había sido una sumisa, pero sabía que esto era un juego con su hermana, y se alegró de tener tan buena familia. Sus pensamientos se interrumpieron cuando Iliana la frenó mientras le daba un pequeño consolador “usá esto” y entre su lengua, dedos y ese plug logró que gritara de placer, y que pidiera parar… “ahora vas a ver lo que es bueno”.
Húmeda como pocas veces, Marina recibió las brutales caricias sobre su concha, un delicado balance entre dolor y placer. Fue chupada, lamida, apretada y estirada como ningún hombre había logrado.
- ¿Hiciste anal alguna vez?
- ¿Eh? No, no, está muy apretado para meter una pija.
- Necesitás que te lo traten con cariño.
Iliana se dedicó muy suavemente a colar la cola apenas poniendo la yema de los dedos en la entrada. Pero tenía otros planes.
Sentada sobre la mesa, La rubia recibía caricias de su hermana, que no podía ver, pero definitivamente sentir. Su cuerpo ardía de placer como pocas veces le había pasado. Creía que ya había pasado el juego de sexo duro. Se dió vuelta y vió una sonrisa de Iliana y cuando menos lo esperaba un vibrador entró en su culo y todo el cuerpo se estremeció.
Quiso gritar, pero no salió ningún sonido en salvo un gemido de placer. Y todo su cuerpo se estremeció en un poderoso orgasmo. Se desplomó sobre la mesa, y atinó a decir “tenemos que hacer esto más seguido” mientras se quedaba dormida.
Iliana Calabró y Marina Calabró - tremendo descalabro
Las hermanas Iliana y Marina Calabró se decidieron a ayudarse mutuamente como cuanto aprendieron a besar usando a la hermana para que la califique. La pelirroja se la pasaba caliente todo el día desde que se separó, y se masturbaba en cada oportunidad que tenía. Por otro lado su hermana no lograba tener un buen orgasmo.
- Nena, tenés que probar cosas nuevas, relajarte y disfrutar, como hacíamos cuando eramos chicas.
- Tenés razón, ¿pero de que cosas nuevas hablás? No voy a tener sexo con un gato como hiciste vos!
- ¿Te referís a Jesica? Tenés razón Eso no no es tu estilo, necesitás alguien que te trate mal.
Y diciendo esto la agarró del pelo, la llevó haciendola caminar en cuatro patas. Sin soltarla se sacó la pollera, se sentó acercó la cara a su concha “mirá como me pusiste de caliente, ahora me vas a hacer acabar”.
Marina no podía creer lo que le estaba pasando: le estaba comiendo la vagina a su hermana, y le encantaba! La rubia devoraba con ganas esa jugosa almeja. Y que fuera tan parecida en forma y gusto no hacía más que calentarla más. Pero Iliana tenía otra sorpresa. “comeme el culo también, putita” dijo, y aunque dudó un momento lo hizo. Era extraño, pero tan perverso que no pudo dejar de obedecerla.
Nunca había sido una sumisa, pero sabía que esto era un juego con su hermana, y se alegró de tener tan buena familia. Sus pensamientos se interrumpieron cuando Iliana la frenó mientras le daba un pequeño consolador “usá esto” y entre su lengua, dedos y ese plug logró que gritara de placer, y que pidiera parar… “ahora vas a ver lo que es bueno”.
Húmeda como pocas veces, Marina recibió las brutales caricias sobre su concha, un delicado balance entre dolor y placer. Fue chupada, lamida, apretada y estirada como ningún hombre había logrado.
- ¿Hiciste anal alguna vez?
- ¿Eh? No, no, está muy apretado para meter una pija.
- Necesitás que te lo traten con cariño.
Iliana se dedicó muy suavemente a colar la cola apenas poniendo la yema de los dedos en la entrada. Pero tenía otros planes.
Sentada sobre la mesa, La rubia recibía caricias de su hermana, que no podía ver, pero definitivamente sentir. Su cuerpo ardía de placer como pocas veces le había pasado. Creía que ya había pasado el juego de sexo duro. Se dió vuelta y vió una sonrisa de Iliana y cuando menos lo esperaba un vibrador entró en su culo y todo el cuerpo se estremeció.
Quiso gritar, pero no salió ningún sonido en salvo un gemido de placer. Y todo su cuerpo se estremeció en un poderoso orgasmo. Se desplomó sobre la mesa, y atinó a decir “tenemos que hacer esto más seguido” mientras se quedaba dormida.
por Fake Famosas
Comentarios
Publicar un comentario